Sinopsis:
La vida de Raúl Alvarado toma un giro inesperado cuando lo
despiden del trabajo y tiene que ingeniárselas para reinsertarse laboralmente a
los cuarenta y dos años.
Sin perspectivas de conseguir un nuevo empleo, se convierte
en un emprendedor y funda “Arqueologos Urbanos”, una empresa dedicada a ubicar
objetos que la gente perdió en el pasado y que fueron y son de enorme valor
sentimental.
Junto a su principal colaborador, Justo Parisi, vivirán
momentos desopilantes y dramáticos que sellarán una amistad inquebrantable.
Así, Alvarado y su equipo se verán envueltos en situaciones
mágicas, peligrosas, fantásticas, sensibles, graciosas o dramáticas, regadas de
recuerdos de infancia y adolescencia en barrios populares de Buenos Aires.
Siempre apelando a su estilo directo y frontal, con el que
seguramente despertará en el lector sentimientos de nostalgia de un pasado único
e irrepetible, Jorge Iglesias (Tres de Febrero, Pcia. de Bs. As) nos presenta
su tercer título luego de “Ficcionarias” (2014) y “Cuentos sin tiempo” (2017).
Opinión Personal:
Hola a todos! Antes de empezar quiero agradecer al autor
@gallegorebelde la confianza para esta colaboración y el envío del ejemplar.
Luego de leer los cuentos de Jorge, leí esta hermosa novela.
Su portada nos sugiere un ambiente de mucha nostalgia y de recuerdos muy
felices, pero en este libro hay mucho más que eso. Raúl Alvarado es nuestro
protagonista, un hombre que a los 42 años se queda sin trabajo y decide animarse a
crear una empresa que se dedicará a recuperar objetos de gran valor sentimental
perdidos por sus clientes, contará con un socio que conocemos al principio de
la historia y con un equipo de colaboradores, entre los que se destaca Justo Parisi, un importante personaje que además
tendrá una importante amistad con Raúl.
El libro contiene 9 capítulos y cada uno tiene como tema
central un caso de investigación de “Arqueólogos Urbanos”, buscarán un álbum de
figuritas, una varita mágica, un auto, una calesita, un medallón egipcio, un
cofre, se deberá entregar una carta, un caso muy importante en la vida de
Parisi, que es mejor no revelar y que lo descubran leyendo y un silbato de oro.
Los mayoría de los casos
están llenos de nostalgia y sentimientos bastante profundos sobre el pasado y
el recuerdo, nos recuerdan las historias que cuentan nuestros padres y abuelos,
y también en algunos casos a las de nuestra propia infancia, si es que tuvimos la
suerte de vivirla sin que la tecnología la domine y controle. Es un libro que nos emociona y no solo desde
el recuerdo…No pude evitar llorar con los casos de la varita, el cofre y la
carta, los tres llenos de momentos dolorosos y la historia del cofre tiene como
escenario del pasado una época muy difícil, el caso que afecta a Parisi es
reflejo de cosas muy feas que pasan en el mundo (cuando lo lean me cuentan y lo
hablamos).
Además del hecho interesante de que la hermana Gertrudis
aparece en el libro de cuentos que reseñe hace unos días y también en este
libro, es muy interesante que el autor se mencione a sí mismo y a su esposa
Claudia (uno de los casos es homenaje al padre de ella) en este libro como
amigos del protagonista, este detalle me encanta porque nos permite conocerlo
un poco más a él pero dentro de su obra.
La segunda parte de Arqueólogos ya está escrita y espero que
se publique lo antes posible porque necesito más de esta historia. Les
recomiendo darle una oportunidad, es un libro diferente y que se disfruta
mucho!
Calificación: ★★★★★
Frases destacadas:
“Llegué a la conclusión de que la vida daba siempre segundas
chances, ya que a veces uno –Y vaya a saber por qué razones- perdía en un
segundo lo que tanto quería –hablo de las cosas que se atesoran supuestamente
para siempre- y de pronto podíamos volver a tener otra oportunidad de recuperar
lo perdido con tan solo tener ganas y estar preparados para hacerlo. Y no hablo
solo de objetos precisamente.”
“A veces, y sin quererlo, dejamos abandonadas –ya sea porque
crecimos o porque nos mudamos- cosas que al llegar a una cierta esas vuelven a nuestra
mente como recuerdos imborrables y que añoramos volver palpables para aliviar
un poco al corazón.”
“A veces las grandes
noticias es mejor darlas personalmente.”
“Siempre tuve una opinión formada sobre las cosas y es que
es bueno reencontrarse en lo posible con momentos y lugares que nos hicieron
felices. Y aunque esto nos recuerde dolorosamente a nuestros seres queridos y
su ausencia, al revivirlos se logra que actúen, aunque sea por un momento, como
bálsamo para el alma”
“Sin trabajo no hay nada y sin amor por lo que uno hace,
tampoco.”
“En cada instante no dejo de recordarlo, y aunque la vida se
encargó de que pudiera convivir con el dolor por su ausencia, quedó en mí
impregnado el vacío de saber que ya no podría correr como cuando era niño a sus
brazos y escucharlo diciéndome que todo estaba bien y que no tuviera miedo.”
“Uno va creciendo, acostumbrándose a que mucha gente que uno
ama ya no está presente, aunque (…) permanecen vivos en nuestros corazones para
que podamos honrarlos y soñar, aunque sea, que desde algún lugar nos están
observando y cuidando.”
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