viernes, 10 de enero de 2020

Reseña: Memoria de mis putas tristes - Gabriel García Márquez


Sinopsis:

Un viejo periodista decide festejar sus noventa años a lo grande, dándose un regalo que le hará sentir que todavía está vivo: una joven-cita virgen y con ella «el principio de una nueva vida a una edad en que la mayoría de los mortales están muertos».
En el prostíbulo llega el momento en que ve a la mujer de espaldas, completamente desnuda. Ese acontecimiento cambia su vida radicalmente. Ahora que conoce a esta jovencita se encuentra a punto de morir, pero no por viejo, sino de amor.

Memoria de mis putas tristes cuenta la vida de este anciano solitario, apasionado por la música clásica, nada aficionado a las mascotas y lleno de manías. Por él sabremos como en todas sus aventuras sexuales (que no fueron pocas) siempre dio a cambio algo de dinero, pero nunca imaginó que encontraría el verdadero amor.

Esta novela de Gabriel Garcia Marquez es una conmovedora reflexión que celebra las alegrías del enamoramiento, las desventuras de la vejez y sobre todo lo que sucede cuando sexo y amor se juntan para darle un sentido a la existencia. Nos encontramos ante un relato aparentemente sencillo pero cargado de resonancias, una historia narrada con el excepcional estilo y la maestría en el arte de contar historias de los que solo es capaz el autor colombiano.

Opinión Personal:

Hola a todos! Tengo una colección del autor y la mayoría de los libros no los leí, este año es quiero aprovechar los libros que hace tiempo me esperan.

La historia parece mucho más simple de lo que es, nuestro protagonista es un señor que al cumplir sus 90 años decide ir en busca de una joven virgen, se da cuenta de lo mayor que esta y que cada hora cuenta como un año de vida, jamás se había enamorado y toda su vida había tenido encuentros con prostitutas, pero al ver a esta joven todo cambia y empieza a sentir cosas que ya no esperaba. Es por esto que la historia no es tan simple como parece, ya que los sentimientos de las personas mayores son más profundos de lo que podamos imaginar.

Ha sido una lectura rápida pero bastante fuerte, tengo que admitir que me he emocionado hasta las lágrimas y es algo que no imaginé que podía pasar, la manera del autor de hablar sobre la vejez me ha llegado a lo más profundo de mi ser, y es el segundo libro que leo en donde toca el tema (en “el Coronel no tiene quien le escriba” también lo hace a la perfección).

El mensaje más especial que me dejó este libro es que jamás es tarde para sentir, más allá de la edad y todo lo que eso puede traer al sentir que ya no queda tiempo.

Calificación: ★★★★★

Frases destacadas:


“Oí decir que el primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre (…) la verdad es que los primeros cambios son tan lentos que apenas si se notan, y uno sigue viéndose desde dentro como había sido siempre, pero los otros lo advierten desde fuera.”

“Es un triunfo de la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales, pero que raras veces falle para las que de verdad nos interesan.”
“Así como los hechos reales se olvidan, también algunos que nunca fueron pueden estar en los recuerdos como si hubieran sido.”

“La edad no es la que uno tiene sino la que uno siente.”

“Y comprobamos una vez más que quienes no cantan no pueden imaginar siquiera lo que es la felicidad de cantar. Hoy se que no fue una alucinación, sino un milagro mas del primer amor de mi vida a los noventa años.”

“Flotaba entre nubes erráticas y hablaba conmigo mismo ante el espejo con la vana ilusión de averiguar quién soy. Era tal mi desvarío, que en una manifestación estudiantil con piedras y botellas, tuve que sacar fuerzas de flaqueza para no ponerme al frente con un letrero que consagrara mi verdad: Estoy loco de amor.”

“El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor.”

“Pase hasta una semana sin quitarme el mameluco de mecánico ni de día ni de noche, sin bañarme, sin afeitarme, sin cepillarme los dientes, porque el amor me enseño demasiado tarde que uno se arregla para alguien, se viste y se perfuma para alguien, y yo nunca había tenido para quien.”

“La verdad es que no podía con mi alma, y empezaba a tomar conciencia de la vejez por mis flaquezas frente al amor.”

“Me volví de lagrima fácil. Cualquier sentimiento que tuviera algo que ver con la ternura me causaba un nudo en la garganta que no siempre lograba dominar.”

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