Opinión Personal:
¡Qué hermoso conocer a Eric de
esta forma! En este hermoso libro de 380 páginas cuenta su vida, haciendo gran
enfoque en su carrera y momentos más íntimos. Nos cuenta lo bueno y lo malo que
hizo, cómo aprendió de cada vivencia.
Inicia hablando de una infancia
muy complicada, en la que fue criado por sus abuelos sin saber hasta los seis
años que su madre lo había tenido a la temprana edad de 15 años y había
desaparecido de su vida, de su padre se supo muy poco, ya que abandonó a su
madre al saber que esperaba un hijo.
La música fue su salvación y camino desde temprana edad, lo
que él nos cuenta es: “La música se convirtió en un bálsamo para mí y aprendí a
escucharla con todo mi ser. Me di cuenta que, gracias a ella, podía dejar de
lado todo el miedo y la confusión que me provocaba mi familia.”
Aprendió solo a tocar la guitarra, escuchando mucha música,
imitando a los guitarristas que observaba y esforzándose al máximo por dominar
cada técnica que descubría, paso por muchas bandas antes de iniciar una carrera
como solista, y nos cuenta el proceso de manera ordenada y precisa, intercalando
con el detalle de lo que sentía en cada etapa.
Pasó por muchas adicciones, muchas drogas, pero lo que más
le costó trabajo superar fue el alcoholismo que le llevó a perder mucho. Al superarlo
creó su propio centro de rehabilitación para ayudar a los demás, nos dice: “Para
mantener lo que tenía, debía compartirlo. Para seguir estando sobrio, tenía que
ayudar a otros a estarlo. Ese es el principio que gobierna mi vida incluso al
día de hoy.”
Sus vínculos amorosos fueron muy tormentosos, nos detalla
mucho acerca de esas experiencias, pero lo más difícil que le tocó en la vida
fue la muerte de su pequeño hijo Conor, seguro todos conocen esa triste
historia, compuso dos canciones muy importantes en esa época y me gustaría
dejarles un pequeño fragmento en donde habla de ellas: Sobre “Tears in heaven”
y “The circus left town”: “esencialmente escribí esa canción para hacer la pregunta
que yo llevaba haciéndome desde que murió mi abuelo. ¿De verdad nos volveremos
a ver? Es difícil hablar en profundidad sobre esas canciones, por eso son
canciones. Su nacimiento y desarrollo fue lo que me mantuvo vivo en el período
más oscuro de mi vida. Cuando intento volver a aquel tiempo, recordar el
terrible aturdimiento en el que vivía, lo recuerdo lleno de miedo. No quiero
volver a pasar por algo como eso nunca más. Originalmente esas canciones no estaban
hechas para publicarlas o para consumo del público; solo lo hice para evitar
volverme loco. Las tocaba para mi, una y otra vez, cambiándolas o refinándolas
constantemente, hasta que se convirtieron en parte de mi ser.”
Hoy en día Eric tiene una esposa a la que ama y cuatro hijas
que le llenan de felicidad, logro superar muchas dificultades y nos deja su
música, que habla por sí misma y que es un gran reflejo del artista y al mismo
tiempo un espejo en el que podemos identificarnos. El libro fue publicado en el
año 2007 y la traducción salió recientemente, para actualizarnos a hechos más
recientes habrá que buscar información adicional.
Recomiendo este libro no solo a fans, sino a quienes amen
leer biografías, siempre es enriquecedor saber más de la vida de quienes han
luchado tanto en este mundo.
Calificación: ★★★★★
Frases destacadas:
“La música se convirtió en un bálsamo para mí y aprendí a
escucharla con todo mi ser. Me di cuenta que, gracias a ella, podía dejar de
lado todo el miedo y la confusión que me provocaba mi familia.”
“Es muy difícil explicar el efecto que tuvo en mí el primer
disco de blues que escuché, aparte de decir que lo reconocí inmediatamente. Fue
como si estuviera recuperando el contacto con algo que ya conocía, tal vez de
alguna vida anterior. Para mí hay algo primitivamente tranquilizador en esa música
y, en cuanto la oía, conectaba directamente con mi sistema nervioso y me hacía
sentir como si midiera un metro más.”
“Yo soy una persona que no puede dejar las cosas a medias, y
si me he propuesto dedicar el día algo, no me puedo acostar hasta que lo
termino.”
“Que me echaran de la escuela de arte fue otro rito de
iniciación para mí. Me impactó darme cuenta inesperadamente de que no iba a
tener todas las puertas abiertas ante mí durante el resto de mi vida, que la
realidad era que algunas me las iba a encontrar cerradas.”
“Era como si estuviera empezando una vida totalmente nueva,
en la que no había sitio para ningún exceso de equipaje. Tenía mucha confianza
en mis capacidades y era muy consciente de que eran la llave para mi futuro.
Por eso era muy protector con mi arte e implacable a la hora de quitar de en
medio cualquier cosa que se interpusiera en mi camino. Y el mío no era un
camino de ambición; no buscaba fama ni reconocimiento. Solo necesitaba que me
dejaran hacer la música que pudiera con las herramientas que tenía.”
“Yo nunca había entendido el conflicto racial, ni me había
sentido afectado por el directamente. Supongo que ser músico me ayudó a
trascender la parte física del problema. Cuando escuchaba música no me interesaba
el origen de los músicos, ni su color de piel.”
“Cuando intento escribir canciones, me gusta dejar las cosas
todo lo inacabadas posible, para que las personas con las que voy a tocar
tengan margen para influir, con su manera de tocar, en la forma en que va a
quedar la canción al final.”
“La falacia del alcohol es que la gente dice que bebe para
olvidar y, en realidad, lo que hace el alcohol es magnificar el problema. Yo me
tomaba una copa para deshacer el problema y después, como no se iba, me tomaba
otra y otra. Pero al final de mis días de alcohólico fue una locura, porque
estaba siempre acicateado por la esperanza de que alcohol me llevaría a otro
lugar. Escondía botellas por todas partes, llevándomelas a escondidas a lugares
en los que no miraba nadie.”
“Quiero expresar todo mi dolor con mi música. No quiero
reprimirlo, quiero conectar con los demás a través de él para que sepan que no están
solos.”
“Un ateo seguramente diría que solo fue un cambio de
actitud, y probablemente fue eso hasta cierto punto, pero fue algo más que eso.
Había encontrado algo a lo que recurrir, algo que siempre supe que estaba ahí
pero que nunca quise, necesité o creí en ello. Desde ese día hasta hoy nunca he
dejado de rezar por la mañana, de rodillas, para pedir ayuda, y por la noche
para dar las gracias por mi vida y, sobre todo, por mi sobriedad. Elijo
arrodillarme porque siento que necesito humillarme cuando rezo y, con el ego
que tengo, esa es la mayor humillación que puedo demostrar.”
“Encontré un patrón en mi comportamiento que llevaba años
repitiéndose, décadas incluso. Las malas elecciones eran mi especialidad, y si
surgía algo decente y sincero, lo rechazaba o salía corriendo. Se podía decir
que mis elecciones eran un reflejo de la forma en que yo me veía, yo pensaba
que no me merecía nada decente, así que solo podía elegir parejas que me iban a
abandonar, como estaba convencido que hizo mi madre, tantos años atrás.”
Sobre Tears in heaven y The circus left town: “esencialmente
escribí esa canción para hacer la pregunta que yo llevaba haciéndome desde que murió
mi abuelo. ¿De verdad nos volveremos a ver? Es difícil hablar en profundidad
sobre esas canciones, por eso son canciones. Su nacimiento y desarrollo fue lo
que me mantuvo vivo en el período más oscuro de mi vida. Cuando intento volver
a aquel tiempo, recordar el terrible aturdimiento en el que vivía, lo recuerdo
lleno de miedo. No quiero volver a pasar por algo como eso nunca más.
Originalmente esas canciones no estaban hechas para publicarlas o para consumo
del público; solo lo hice para evitar volverme loco. Las tocaba para mi, una y
otra vez, cambiándolas o refinándolas constantemente, hasta que se convirtieron
en parte de mi ser.”
“Para mantener lo que tenía, debía compartirlo. Para seguir estando
sobrio, tenía que ayudar a otros a estarlo. Ese es el principio que gobierna mi
vida incluso al día de hoy.”
“Creo firmemente que es importante que la gente, en esa fase
cercana a la muerte, sepa exactamente lo que le ocurre.”
“Lo único que tengo claro ahora mismo es que no quiero irme
a ninguna parte, y que no está mal para alguien que se ha pasado la vida
huyendo.”
“Tengo una familia que me quiere a mi lado, un pasado que ya
no me avergüenza, y un futuro que promete estar lleno de amor y de risas. Me
siento muy afortunado de poder decir esto, porque soy perfectamente consciente
de que para mucha gente ir acercándose a la vejez representa el final de todas
las cosas placenteras y la llegada gradual de la enfermedad, la senilidad, y
los arrepentimientos por una vida llena de insatisfacciones. Tal vez cuando se
acerquen mis últimos años llegue a sentir miedo, pero ahora estoy muy feliz y
me siento así la mayor parte del tiempo. El único momento en que estoy
descontento es cuando trabajo y me parece que ya no tengo la capacidad de hacer
las cosas como me gustan, normalmente porque estoy enfermo o demasiado cansado.
Es por el perfeccionista que hay en mí, y siempre ha sido así. El único miedo
que tengo al futuro tiene que ver con mis hijas; me duele pensar que puedan
perder a su padre cuando todavía son pequeñas.”
“Estoy casi sordo, pero me niego a llevar audífonos porque me
gusta el sonido natural de las cosas, aunque me cueste oírlo. Soy muy vago, me
niego a hacer ejercicio y la consecuencia es que he perdido totalmente la forma
física. Soy un absoluto cascarrabias y estoy orgulloso de eso. Sé quién
soy ahora y sé qué, si en algún momento
las cosas están demasiado tranquilas, seguro que empiezo algo, no por
aburrimiento, sino porque necesito movimiento. Mi naturaleza es rítmica. Eso no
quiere decir que no sepa relajarme. Lo que más me gusta en el mundo es estar
sin hacer nada, pero después de un tiempo tengo que ponerme en movimiento de
nuevo.”
“El blues es un estilo musical que nació de la unión entre
las culturas folclóricas africana y europea, concebido durante la época de
esclavitud y promovido desde el delta del Mississippi. Tiene su propia escala,
sus leyes, sus tradiciones y su propio lenguaje. Desde mi punto de vista, es
una celebración del triunfo ante la adversidad, está lleno de humor, dobles
sentidos e ironía y muy pocas veces resulta algo deprimente de escuchar.”
“En mi caso, en lo que toco y lo que escribo he intentado
permanecer al margen de los temas políticos y sociales, excepto en algún
detalle poco concreto, simplemente porque no quiero levantar polvaredas, por
así decirlo, o que me asocien con algún movimiento que empañe mi misión en lo
que respecta al blues o a la música en general. Siempre he creído que la música
por sí misma ya tiene suficiente poder para provocar el cambio y que a veces
las palabras o los programas estorban.”
“La escena musical actual no es muy diferente de la que
había cuando era joven. Los porcentajes son más o menos los mismos: 95% de
mierda y 5% de pureza. Pero los sistemas de marketing y distribución están
cambiando mucho y creo que, para finales de la década, es poco probable que
siga habiendo compañías de discos en el negocio. Con todos mis respetos para
toda la gente implicada, tampoco sería una gran pérdida. La música siempre ha
encontrado la forma de llegar hasta nosotros, con o sin negocios, políticas,
religiones u otras estupideces. La música sobrevive a todo y, como Dios, está
siempre presente. No necesita ayuda y no le importan los obstáculos. Siempre me
ha encontrado a mí y, con la ayuda de Dios y su permiso, seguirá haciéndolo
durante el resto de mi vida.”
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