Sigue las vivencias de las protagonistas de la saga «Dos amigas»: una historia de amistad que recorre los años más importantes del siglo XX. UNA SAGA MEMORABLE Érase una vez dos niñas, Elena y Lila, que nacieron en 1944 en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles, y desde entonces su historia ha sido el hilo conductor de esta espléndida saga napolitana que ahora llega a su tercera entrega.
Lila se casó muy joven con el hombre más adinerado del barrio y poco tardó en dejarlo. Ahora vive en un lugar miserable, pero su ingenio no ha mermado; solo se ha transformado en rabia. Es quizá este odio lo que la llevará a capitanear las revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su nuevo compañero. Elena, en cambio, ha continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, y se ha casado con un profesor de la Universidad de Florencia. Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde fueron niñas aún las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y la vida se cobra su precio.
Opinión Personal:
Esta es la tercera entrega de la saga “Dos amigas”, con 477
páginas es un libro un poco menos extenso que el anterior, en el cual conocimos
la historia de juventud de Lila y Lenú, en este caso toma desde donde quedó y
llega hasta que ellas tienen 30 años, haciendo foco en sus vidas desde el lado
profesional y sentimental. Están más distanciadas pero manteniendo su especial conexión
más allá de todo, las vueltas de la vida hacen que ya nada parezca fluir como
antes, pero se siguen necesitando cada una
a su manera.
Lenú busca encajar, está cada vez más llena de
inseguridades, su necesidad de ver a Lila como un modelo a seguir se intensifica,
su necesidad de ayudarla y devolverle un poco de lo que ella siente que le debe
es algo bastante fuerte. Lila por su lado lucha con sus frustraciones internas,
parece jamás estar conforme con lo que tiene, parece estar buscando siempre el
camino más complicado alejándose de la felicidad cada vez más.
El movimiento en este libro es continuo, no se detiene en ningún
momento, está lleno de momentos decisivos. Es imposible no involucrarse
totalmente con los personajes, una saga que sin dudas atrapa, una historia
cargada de feminismo, transformaciones políticas y culturales. Introduce la
revolución que causo el surgimiento de las pastillas anticonceptivas, las
protagonistas se replantean la vida, la maternidad y la feminidad. Se mantiene
la lucha entre clases poniendo foco en la búsqueda de de derechos laborales. La crueldad del barrio que las vio nacer sigue
en aumento, sin importar si viven en el o no, parece ser algo de lo que no
pueden escapar.
La saga continúa presentando giros inesperados, sigue
sorprendiendo. Ya estoy deseando leer el último libro de esta historia. Una
buena noticia es que ya se ha confirmado la tercera temporada de la serie y pronto
podremos esperar la adaptación.
Frases destacadas:
“Un hombre, salvo los momentos locos en los que lo amas y se
mete dentro de ti, se mantiene siempre fuera. Por eso, después, cuando ya no lo
amas, te irrita incluso el hecho de pensar que alguna vez lo quisiste. Yo le
gusté a él, él me gustó a mí, punto. Me ocurre varias veces al ía que alguien
me guste. ¿A ti no? Dura un poco, luego se me pasa. Sólo queda el niño, es una
parte de ti; el padre, en cambio, era un extraño y vuelve a ser un extraño. Ni
siquiera su nombre tiene ya el sonido de antes (….) no hacía más que repetirlo
para mis adentros en cuanto me despertaba, era una palabra mágica. Pero ahora
es un sonido que me entristece.”
“La cara repugnante de las cosas no bastaba para escribir
una novela: Sin imaginación no parecía una cara auténtica, sino una máscara.”
“¿Dónde se ha visto que la gente hable «verdaderamente» y que las cosas ocurran de «repente»?
Sabes mejor que yo que todo es un enredo y que a una cosa le sigue otra y
después otra más. Yo ya no hago nada «de
verdad». Y he aprendido a estar atenta a las
cosas, solo los imbéciles creen que pasan «de repente»”
“Hablábamos mucho de nosotras. Pero aunque éramos todas
mujeres nos costaba un esfuerzo enorme comprender que era una mujer. Una vez
analizado en profundidad cada gesto, cada pensamiento, cada discurso, cada
sueño nuestro era como si no nos perteneciera.”
“Dios crea al hombre Ish, y le insufla en las narices el
halito de la vida. Después forma a Ishá, la mujer, con la materia masculina
moldeada, materia que ya no está en bruto, sino viva, y que toma del costado de
Ish, cerrándole enseguida la carne. El resultado es que Ish puede decir: Esta
cosa no es, como el ejército de todo lo creado, ajeno a mí, sino que es carne
de mi carne, hueso de mis huesos. Dios la ha creado de mí. Me ha fecundado con
su hálito de vida y la ha extraído de mi cuerpo. Yo soy Ish y ella es Ishá. En
la palabra ante todo, en la palabra que la nombra, deriva de mí que soy a imagen
del espíritu divino, que llevo dentro su Verbo. Así pues, ella es un puro
sufijo aplicado a mi raíz verbal, puede expresarse solo dentro de mi palabra.”
“Tal vez, frente al abandono seamos todos iguales; tal vez
ni siquiera una cabeza bien ordenada puede aguantar al descubrir que no es
amada.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario