Sinopsis:
La niña perdida pone punto final a «Dos mujeres», la historia de dos amigas que nacieron a mediados del siglo XX en Nápoles y desde pequeñas fueron compartiendo una amistad compleja, con momentos de duda o ausencia, pero siempre cómplices. Lina y Elena son ahora adultas y han tomado caminos distintos: Elena dejó Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en Milán. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha triunfado muy a su manera en el negocio local. Elena es la señora culta, Lina es en apariencia la mujer de barrio, ignorante y poco dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición están del lado de Lina.
Los hechos se precipitan cuando un buen día de repente, la hija de Lina desaparece: ¿asesinato, rapto, muerte? Nadie sabe, y el barrio murmura. Desde entonces, Lina ya no es la misma y la locura acecha.
Todo -los hombres, las mujeres, el paisaje, la ciudad entera de Nápoles- se convierten en testigos del duelo de una madre que no sabe llorar y un buen día también desaparecerá, devolviendo al lector a las primeras páginas de esta espléndida saga. Inteligencia, emoción contenida, escritura que se pliega a los acontecimientos y se ajusta como un guante a la trama: todo está en estas páginas donde se ha ido cosiendo una de las obras más brillantes del siglo XXI.
Opinión Personal:
Esta es la última entrega de la saga “Dos amigas”, tiene 538 páginas y se divide en tres partes: Madurez, Vejez y Epílogo. La presencia del barrio sigue teniendo la misma fuerza, la violencia sigue escalando. La ambientación nos envuelve totalmente. Se refleja la realidad de la mujer frente a la maternidad, los vínculos emocionales, la desigualdad, la pobreza y la lucha por tener la vida deseada.
El ritmo continúa, nada se detiene. Cada decisión que toman los personajes tiene sus consecuencias, cada hecho es tan real como la vida misma. La amistad que une a las protagonistas sigue llena de encuentros y desencuentros, un cierre de saga con momentos decisivos, muestra diferentes realidades que le han tocado a muchos y que lamentablemente siguen pasando.
Sin duda los personajes se quedan dentro del corazón del lector, han ido evolucionando constantemente y se refleja perfectamente al abarcar todas las etapas de la vida. Es imposible no involucrarse al máximo con los personajes, una lectura que uno quiere terminar por el deseo de llegar al final, pero las últimas páginas nos llenan de tristeza y necesidad de que haya más, es difícil despedirse de este mundo, de esta historia tan bien escrita por la autora. En esta última entrega llegamos a saber qué pasó con Lila, en el primer libro Lenú nos cuenta que desapareció sin dejar rastros.
Se mencionan algunos momentos históricos importantes: secuestro y asesinato de Aldo Moro, el gran terremoto de 1980, el accidente de Chernobyl y el atentado a las torres gemelas.
Espero que puedan leer esta saga y amarla tanto como yo, una vez que se empieza a leer a la autora no se puede parar.
Calificación: ★★★★★
Frases destacadas:
“¿Aceptar que ser adultos es dejar de mostrarse, es aprender
a ocultarse hasta desaparecer?”
“Los buenos sentimientos son frágiles, conmigo el amor no
resiste. No resiste el amor por un hombre, ni siquiera resiste el amor por los
hijos, no tarda en agujerearse. Miras por el agujero y ves la nebulosa de las
buenas intenciones que se confunde con las malas. (…) Querer bien va de la mano
del querer mal, y yo no consigo, no consigo concentrarme alrededor de ninguna
buena voluntad.”
“Por primera vez noté la embestida del tiempo, la fuerza que
me empujaba hacia los cuarenta, la velocidad a la que se consumía la vida, la
tangibilidad de la explosión a la muerte.”
“Para que las traiciones tengan su peso efectivo, antes debe
madurar el desamor (…) el amor no solo no tiene ojos, sino que también le
faltan oídos.”
“Un libro, un artículo podían hacer ruido, pero el ruido
también se elevaba de los antiguos guerreros antes de la batalla y si no iba
acompañado de una fuerza real y de una violencia desmedida, era solo teatro.”
“Hay momentos en que aquello que colocamos a los lado de
nuestra vida y que parece que le servirá de marco eterno –un imperio, un
partido político, una fe, un monumento, o también simplemente las personas que
forman parte de nuestra cotidianidad– se desmorona de un modo por completo
inesperado, en el preciso instante en que otras mil cosas nos apremian.”
“A veces reconocía que, aunque la violencia que habíamos
experimentado desde el nacimiento me disgustaba, para enfrentarnos al mundo
feroz en el que vivíamos era necesaria cierta dosis de ella.”
“Toda relación intensa entre seres humanos está plagada de cepos
y si se quiere que dure hay que aprender a esquivarlos.”
“A diferencia de lo que narran los cuentos, la vida real,
cuando ha pasado, no se asoma a la claridad sino a la oscuridad.”
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